Ya está presa, también Julián

Ya sus hijos no conviven con ellos.

Ya no tienen trabajo.

Ya no tienen profesión u oficio.

Ya no sabe nada de su primer hijo.

Encerrada, con la salud deteriorada, intentando sobrevivir a esta mentira que la condenó por un hecho que nunca sucedió y que está más relacionado con un intento de femicidio vincular que con el hecho que le imputan.

Con pruebas de una falsedad contundente, jueces y juezas de Puerto Madryn siguen ensañados buscando ¿qué final? En principio se nota que tratan de cubrirse como corporación. La jueza que en diciembre le pudo haber dado domiciliaria por el informe de la forense, dejó pasar el tiempo para que le toque otro juez. Como el juez nombrado recibió el informe similar lo modificó para cambiarle a Bárbara las condiciones en que se encontraba privada de libertad cumpliendo la condena a pesar de que no está firme.

El 22 de diciembre la forense presentó a la jueza de ejecución Pérez Bogado el primer informe por el cual Bárbara debería haber estado en su casa desde el 24 de diciembre del 2022. Esto porque en el informe se recomienda que por su cuadro agudo de salud la Sra. no está en condiciones de estar en contextos de encierro carcelarios.

Sabe este juez de ejecución que no está perjudicándola sólo a ella, que hay dos niños que la esperan dos veces por semana para compartir la vida con su madre, la que la justicia «privada» les negó. Pero son jueces y, con la impunidad que tienen dicen «lo hice, y qué?»

Invitamos a ver y escuchar la entrevista que le hicieran a la abogada Patricia Anzoategui sobre la adulteración del informe forense que sería utilizado en la audiencia del día 3 de abril sobre ejecución de pena.